Un delito de los más graves que castiga el código Procesal Penal en la República Argentina habría ocurrido esta semana en Comodoro Rivadavia. Se trataría de un casi similar al ocurrido lustros atrás en el denominado “Caso Empresur” donde un grupo de avezados delincuentes sorprendieron a una reconocida familia en su domicilio de la calle Viamonte al 700 -a solo una cuadra de la Seccional Segunda- y después de tomar de rehenes a los hijos y la esposa, dejaron a una cómplice y secuestraron al entonces gerente de Empresur para llevarlo a las oficinas céntricas con las llaves de ingreso a oficinas y de la caja fuerte, para hacerse de una importante fortuna en dinero.
En la casa del gerente había quedado su esposa e hijos atados de pies y manos y al cuidado de la cómplice que en un momento dado, muy nerviosa, salió de la vivienda a esperar la llegada del resto de la banda, con tan mala fortuna que no se percató que la puerta que se le había cerrado no abría por la parte externa. No eran tiempos de teléfonos celulares, pero sí habían cortado los teléfonos de la planta baja para que no llamaran a nadie. Pasó entonces algo imprevisto: un adolescente hijo del gerente logró desatarse y correr hacia un primer piso donde había un teléfono que no habían desconectado y pudo alertar a la policía.
Fue una noche de película: hubo persecución y tiroteo por diversas arterias del centro y la loma de Comodoro Rivadavia. Incluso el poste de una vereda derribado por el auto de los delincuentes que esquivaban los móviles policiales. Todo terminó abrupta y trágicamente: quien conducía el automóvil donde iban los delincuentes con el gerente de Empresur era oriundo de una ciudad del centro de Santa Cruz y desconocía las arterias comodorenses, en su huída a toda velocidad por calle Rawson, dobló a gran velocidad la avenida 13 de Diciembre y corrió hacia la Rivadavia, para terminar estrellándose contra el paredón del boulevard.
El chofer perdió la vida aquel 9 de julio de fines del 90, los demás incluyendo el gerente, quedaron gravemente heridos. Crónica llegó aquella fría y ventosa para observar como el mismo clima levantaba cientos de billetes del botín que se esparcían por los alrededores.
La historia vuelve a repetirse
El hermetismo policial es casi total en el hecho ocurrido esta semana en esta ciudad. Ante consultas de este diario no lo desmintieron, pero tampoco dejaron escapar ni siquiera mínimos detalles ante la consulta de Crónica. Se está trabajando, y pese a contar con determinada información, este medio se abstiene de aportar mayores detalles para no entorpecer dicha investigación. Trascendió que ocurrió en un barrio tipo country de zona noroeste, camino a Laprida.
Tal como en el caso Empresur, los delincuentes sorprendieron al gerente de una importante empresa crediticia con base central en la zona céntrica de la ciudad, unos quedaron con la familia intimidándolos con armas de fuego y otros secuestraron al empresario para llevarlo a oficinas de la firma. Los detalles seguramente trascenderán con el tiempo, a medida que avance la investigación que estaría por la buena senda.